Los antihistamínicos son medicamentos que reciben este nombre debido a que su acción farmacológica está orientada a impedir la liberación de la histamina, uno de los primeros signos orgánicos que llevan al desencadenamiento de una reacción alérgica.
Una de las ventajas más importantes que poseen los antihistamínicos es que su modo de acción suprime la mayoría de las molestias principales de las alergias. Por este motivo, son utilizados con mucha frecuencia en los tratamientos de las afecciones respiratorias, como la rinitis. De igual manera se recurre a estos fármacos ante casos de dermatitis atópica, debido a que quitan la reacción alérgica y disminuyen el prurito en forma inmediata.
Como son los tratamientos antihistaminicos para las alergias
Existen diversos tipos de antihistamínicos, muchos de los cuales forman parte del mercado de venta libre. Si bien esto significa que se los puede conseguir sin receta en cualquier farmacia, se recomienda que la indicación de su uso y el modo de utilización surjan de la consulta con el médico, si es posible especialista en alergias. Esta medida preventiva evita cualquier riesgo vinculado con su empleo. Se los puede encontrar en las siguientes presentaciones: crema, gel o pomada, para aplicación cutánea; o en pastillas y jarabes para aplicación oral.
Asimismo, también existen en el mercado medicamentos de efecto antihistamínico que se venden exclusivamente bajo prescripción médica. Se trata de aquellos elaborados a base de triprolidina, con o sin cortisona, y con prometasina, que son principios activos de acción mucho más agresiva para el organismo.
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