domingo, 23 de marzo de 2008

Alergia a los insectos

La cucaracha es el insecto que causa alergia con más fre­cuencia. Otros insectos como hormigas, polillas y mos­cas también ocasionan reacciones debido al polvo que se forma cuando mueren y se desintegran. Por su parte, la picadura de los himenópteros (abeja y avispa) puede sensibilizar a algunas personas provocándoles reaccio­nes locales y dolorosas. Sin embargo, el veneno de estos insectos puede producir también, en determinados ca­sos, un tipo de alergia llamada anafilaxis, la cual consti­tuye una urgencia médica sumamente riesgosa.

Tipos de reacciones a las picaduras de himenópteros

Hay varios tipos de reacciones tras las picaduras de in­sectos, con manifestaciones clínicas a veces similares; por ello es bueno poder diferenciarlas para saber apli­car el tratamiento adecuado a cada tipo de reacción. Las reacciones se pueden dividir en tres grupos:

1. No inmunológicas

2. Inmunológicas

3. Sin mecanismo definido.


1. Reacciones no inmunológicas

- Son respuestas de los tejidos a los componentes del veneno con un alto poder farmacológico y enzimático.

- Por lo general, aparecen entre las 24 y las 48 horas posteriores a la picadura.

- Se presentan con una inflamación alrededor del si­tio de la picadura de un diámetro menor de 10 cm, dolor más o menos fuerte dependiendo del sitio de la picadura (mayor en las extremidades).

- Pueden ser locales o sistemáticas leves.

- El tratamiento es sintomático con medidas tales co­mo compresas frías, antihistamínicos y antiinflamatorios.


2. Reacciones inmunológicas

- Presenta reacciones locales intensas.

- Se inflama alrededor del sitio de la picadura, con un diámetro superior a 10 cm y permanece por más de 48 horas.

- En los niños la inflamación puede afectar a dos ar­ticulaciones contiguas.

- En quienes las padecen se detecta la presencia de anticuerpos contra algunos componentes del veneno, como por ejemplo, la hialuronidasa y la fosfatasa.

- El tratamiento es a base de antihistamínicos y an­tiinflamatorios, pero debe realizarse un estudio para evaluar la intensidad de la sensibilización por si fuera necesario un tratamiento de inmunoterapia.

- También conocida como enfermedad del suero, la reacción por inmunocomplejos no se presenta inmedia­tamente después de la picadura, sino transcurridos entre dos y diez días y se manifiesta con fiebre, inflamación generalizada de la piel, dolores articulares e inflamación de ganglios. Los síntomas se revierten sin dejar secuelas en una o dos semanas.

- El tratamiento es a base de esteroides (cortisona) y no precisa inmunoterapia.

- Las reacciones anafilácticas comprometen varios sistemas y órganos, poniendo en peligro la vida de la persona afectada. Los primeros síntomas son general­mente cutáneos, tales como urticaria (que afecta a todo el cuerpo), y también puede aparecer picor general e hinchazón de la piel.

- "Si la reacción es más intensa, se asocia con cuadros ge­nerales de ansiedad, fatiga para respirar (disnea), presión en el pecho, tos, vómitos, diarrea y calambres abdominales, incontinencia urinaria (también fecal), calambres uteri­nos, arritmias y colapso circulatorio o edema pulmonar.

- En algunos casos, se presenta siempre el mismo cua­dro clínico de anafilaxia como consecuencia a una pos­terior picadura, mientras que en otros, el cuadro anafi-láctico se va haciendo cada vez más severo y grave. En es­tos casos, se debe aplicar un tratamiento de inmunotera­pia a veneno del insecto en cuestión (abeja o avispa) y llevar consigo un kit de tratamiento con adrenalina en je­ringa de autoinyección.

- Atención. Debe tener sus instrucciones para auto-inocularse la adrenalina en caso de picadura accidental.


3. Sin mecanismo definido

- Los síntomas son: alteraciones renales, inflamación de nervios, meningitis, y alteraciones de coagulación (púrpuras).

- El tratamiento es específico en cada caso y no re­quiere inmunoterapia.


Como protegerse de la alergia a los insectos


Tanto las abejas como las avispas pican sólo como defen­sa de ellas mismas o de sus nidos.


La mayoría de las picaduras se producen entre los meses de primavera y verano, debido a las altas tempera­turas que ponen en gran actividad a estos insectos.


Así es como las abejas comunes son atraídas por la fra­gancia de las flores, los colores brillantes y la superficie de aguas tranquilas; teniendo esto presente, para evitar los accidentes debe procurar no usar ropa de colores vi­vos ni perfumes muy fuertes durante la época de mayor actividad.


Estos himenópteros se alimentan de jugos, savia, néctar y, por lo general, de líquidos azucarados.


En estado larvario, algunas avispas se alimentan de otros insectos, para lo cual la progenitora usa su veneno para paralizar a la futura fuente alimenticia de la larva. Al inocular el veneno, la avispa conserva el aguijón pudiendo así picar repetidas veces, cosa que no sucede con las abejas pues su aguijón posee escotaduras laterales que, a modo de garfios, quedan anclados en el tejido de la víctima junto con parte del sistema digestivo, por lo que la abeja sólo podrá picar una vez y morirá.


Pero nunca están de más los consejos para evitar ser sorprendidos por estos insectos. A continuación, algunas sugerencias:





    1. No se acerque a panales de abejas ni a nidos de avispas. Si accidentalmente lo hace, retírese con movimientos lentos.
    2. Si una abeja o avispa se posa sobre alguna parte de su cuerpo, no intente matarla ni espantarla. Permanezca quieto o haga sólo movimientos lentos hasta que se aleje.

    3. Si, durante la época de calor, bebe algún líquido azuca­rado, compruebe que no haya abejas o avispas en los bordes del recipiente.

    4. Si deja ropa en el suelo, sacúdala antes de ponérsela, pues puede haber alguna avispa entre sus pliegues.

    5. Evite caminar por huertos en floración, campos de trébol o cualquier área con abundantes flores.

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