Ahora, usted se preguntará cómo se pasa de las afecciones alérgicas a padecer realmente una enfermedad. Bueno, como ya hemos señalado, el sistema inmunológico tiene la característica exclusiva de aprender a reconocer la apariencia de un germen y recordarla siempre.
Esto es favorable en una persona sin antecedentes de alergia porque, de esta manera, es difícil que un nuevo contacto con el agresor vuelva a producirle una infección. Por el contrario, la memoria inmunológica en un alérgico es una característica que "le juega en contra".
El episodio aislado de alergia que apareció en determinada ocasión ante un determinado alérgeno puede volverse recurrente debido a que su sistema de defensa ha aprendido a detectarlo. Así, ante cualquier situación de contacto o exposición con ese alérgeno (o uno de similar poder antígeno), el organismo responderá, en lo sucesivo, con las mismas reacciones alérgicas que ya utilizó, e incluso agravándolas.
De esta manera la alergia ha pasado a convertirse en una enfermedad, puesto que el organismo ha entrado en un estado de hipersensibilidad permanente.