La dermatitis atópica es un padecimiento crónico y recurrente de la piel que se caracteriza por lesiones con enrojecimiento, prurito intenso y frecuentemente resequedad en diferentes partes del cuerpo. Se presenta en episodios agudos, por tiempos e intensidad variables, y generalmente también con períodos "sanos" de duración variable. Además se caracteriza por manifestar una reactividad muy alta de la piel a estímulos físicos e irritantes directos, y una mayor susceptibilidad a cierto tipo de infecciones cutáneas (como los hongos o el estafilococo) . Las personas con dermatitis atópica son, en resumen, "muy delicados" o "sensibles" en cuanto a la piel.
Con respecto a los factores alérgicos, los alimentos son, sin duda, los más frecuentemente relacionados con la sensibilización cutánea, ya sea ingeridos o contactados directamente por la piel. Pero, también son muy comuñes otros sensibilizantes cutáneos directos de diversos tipos: cremas lubricantes; antibióticos; algunos jabones y detergentes; materiales plásticos como el látex, el nylon, la lycra o el dacrón; y algunos metales como el níquel y el zinc, utilizados como aleación en los botones de la ropa, extensibles y joyería de fantasía o fina.
La dermatitis atópica se presenta por brotes agudos de irritación de algunas zonas de la piel, y los sitios afectados varían mucho dependiendo de la edad de la persona. En los lactantes es frecuente en mejillas, frente, pecho, espalda y superficies laterales externas de piernas y brazos y en la parte interna de las muñecas. Mientras que en niños escolares tienden a encontrase más en los pliegues de la piel de cuello, brazos, y pliegues de rodillas, y en la etapa de adulto puede seguir con predominio de pliegues. Aparecen también en forma de lesiones fijas crónicas en diferentes partes del cuerpo, en el tórax, brazos o piernas y puede afectar las manos, sobre todo en las mujeres.
La característica principal y distintiva de cualquiera de las formas de la enfermedad es el prurito o comezón, que suele ser intensa y en ocasiones difícil de controlar. Algunas veces estos episodios ceden solos si no son intensos, y no requieren medicamentos o cremas especiales. Sin embargo, la mayoría de las veces sí se necesitan. Estas recaídas pueden durar pocos días o mantenerse por tiempos muy prolongados, dependiendo de la causa y de la severidad y extensión de las zonas afectadas en cada caso.
Tratamiento de la dermatitis atopica
Cuando existan lesiones activas de dermatitis, como enrojecimiento, ronchitas, grietas o engrosamiento de la piel, deberán usarse cremas con medicamentos antiinflamatorios de tipo corticoide o cortisonas -siempre recetadas por un médico, de preferencia especialista-, de las que existen una gran variedad de potencias y presentaciones. A veces necesitarán acompañarse con antisépticos o antibióticos locales en forma separada o mezclada.
Por lo general, se deberán tomar además antihistamínicos, los cuales quitan la reacción alérgica y disminuyen el prurito en forma inmediata. Es necesario recalcar que las cremas con cortisona indicadas y aplicadas en forma adecuada por un especialista son la base de una rápida mejoría en este tipo de padecimiento, por lo que no se deberá suspender su aplicación si están indicadas.
La gran mayoría de las personas con piel alérgica tienen la piel muy reseca, sobre todo en ciertas zonas del cuerpo, además de ser muy sensibles a una gran variedad de estímulos externos o internos. Por esta razón, es necesario que se creen el hábito de cuidarse la piel toda la vida. Los siguientes son algunos consejos que le ayudarán en su cuidado:
- No use detergentes biológicos para lavar la ropa, sino preferentemente un jabón de tocador cualquiera.
- Los champúes para cabello deben de usarse en forma separada del baño normal si existen lesiones activas, para que el champú no escurra sobre la piel lesionada. Utilice los menos agresivos, como los de bebé.
- Trate de usar la ropa más suave al tacto y ligera posible. La ropa interior de preferencia de algodón y con elásticos cubiertos por la misma tela. Evite las telas ásperas de nylon, lycra, acrylán o lana directamente sobre la piel, sobre todo en la piel ya lesionada.
- Debido a que es un padecimiento que se caracteriza por producir prurito intenso, es muy importante tener las uñas siempre cortas y limpias, especialmente los niños pequeños.
Si ya notó que algún alimento natural o industrializado en particular le ha producido comezón o lesiones, o las ha incrementado, deberá de considerarse alérgico a él, y evitarlo siempre en el futuro.
Lubricación de la piel
La dermatitis atópica se caracteriza por una pobre producción de grasa en la piel, sobre todo en ciertas zonas, por lo cual se hace casi siempre necesario aplicar cremas o lubricantes con mucha frecuencia. Como los baños muy calientes o prolongados desgrasan más la piel, no son recomendables.
Después del baño y del sacado de la piel, se sugiere el uso de una crema suavizante, la que usted prefiera y que "le caiga bien". Recomendamos que no tenga lanolina, de preferencia las cola1 creams con menos productos químicos agregados, sobre todo sin perfumes.
Existen muchas opciones. Podrá usar cremas más grasosas en el invierno. La que elija, deberá usarse por lo menos una vez al día, después del baño. Sin embargo, generalmente es necesario usarlas varias veces, dependiendo del grado de resequedad de su piel y de la crema que elija, a pesar de que no existan lesiones activas que hayan sido detectadas hasta ese momento en ese momento.