martes, 22 de julio de 2008

Tratamiento de las alergias

El cuadro clínico de un paciente alérgico puede presen­tarse de dos maneras:



  1. Conociendo el alérgeno que lo origina.

  2. Ignorando cuál puede ser.


Como es el tratamiento de las alergias


En caso de darse esta última situación, se intenta iden­tificar el alérgeno mediante un minucioso cuestionario y a través de la realización de pruebas especiales.


Después de hallarlo, se recomienda, por una parte, evitar que la persona afectada entre en contacto con el agente causan­te y, por otra, practicar una desensibilización específica.

jueves, 17 de julio de 2008

Dermatitis Atopica

La dermatitis atópica es un padecimiento crónico y re­currente de la piel que se caracteriza por lesiones con enrojecimiento, prurito intenso y frecuentemente rese­quedad en diferentes partes del cuerpo. Se presenta en episodios agudos, por tiempos e intensidad variables, y generalmente también con períodos "sanos" de dura­ción variable. Además se caracteriza por manifestar una reactividad muy alta de la piel a estímulos físicos e irri­tantes directos, y una mayor susceptibilidad a cierto tipo de infecciones cutáneas (como los hongos o el estafilo­coco) . Las personas con dermatitis atópica son, en resu­men, "muy delicados" o "sensibles" en cuanto a la piel.


Con respecto a los factores alérgicos, los alimentos son, sin duda, los más frecuentemente relacionados con la sensibilización cutánea, ya sea ingeridos o contacta­dos directamente por la piel. Pero, también son muy co­muñes otros sensibilizantes cutáneos directos de diver­sos tipos: cremas lubricantes; antibióticos; algunos jabo­nes y detergentes; materiales plásticos como el látex, el nylon, la lycra o el dacrón; y algunos metales como el ní­quel y el zinc, utilizados como aleación en los botones de la ropa, extensibles y joyería de fantasía o fina.


La dermatitis atópica se presenta por brotes agudos de irritación de algunas zonas de la piel, y los sitios afectados varían mucho dependiendo de la edad de la persona. En los lactantes es frecuente en mejillas, frente, pecho, espal­da y superficies laterales externas de piernas y brazos y en la parte interna de las muñecas. Mientras que en niños es­colares tienden a encontrase más en los pliegues de la piel de cuello, brazos, y pliegues de rodillas, y en la etapa de adulto puede seguir con predominio de pliegues. Apare­cen también en forma de lesiones fijas crónicas en dife­rentes partes del cuerpo, en el tórax, brazos o piernas y puede afectar las manos, sobre todo en las mujeres.


La característica principal y distintiva de cualquiera de las formas de la enfermedad es el prurito o comezón, que suele ser intensa y en ocasiones difícil de controlar. Algu­nas veces estos episodios ceden solos si no son intensos, y no requieren medicamentos o cremas especiales. Sin em­bargo, la mayoría de las veces sí se necesitan. Estas recaí­das pueden durar pocos días o mantenerse por tiempos muy prolongados, dependiendo de la causa y de la severi­dad y extensión de las zonas afectadas en cada caso.


Tratamiento de la dermatitis atopica


Cuando existan lesiones activas de dermatitis, como enrojecimiento, ronchitas, grietas o engrosamiento de la piel, deberán usarse cremas con medicamentos antiinfla­matorios de tipo corticoide o cortisonas -siempre receta­das por un médico, de preferencia especialista-, de las que existen una gran variedad de potencias y presenta­ciones. A veces necesitarán acompañarse con antisépticos o antibióticos locales en forma separada o mezclada.


Por lo general, se deberán tomar además antihistamínicos, los cuales quitan la reacción alérgica y disminu­yen el prurito en forma inmediata. Es necesario recalcar que las cremas con cortisona indicadas y aplicadas en forma adecuada por un especialista son la base de una rápida mejoría en este tipo de padecimiento, por lo que no se deberá suspender su aplicación si están indicadas.


La gran mayoría de las personas con piel alérgica tie­nen la piel muy reseca, sobre todo en ciertas zonas del cuerpo, además de ser muy sensibles a una gran varie­dad de estímulos externos o internos. Por esta razón, es necesario que se creen el hábito de cuidarse la piel toda la vida. Los siguientes son algunos consejos que le ayu­darán en su cuidado:


- No use detergentes biológicos para lavar la ropa, sino preferentemente un jabón de tocador cualquiera.


- Los champúes para cabello deben de usarse en forma separada del baño normal si existen lesiones activas, para que el champú no escurra sobre la piel lesiona­da. Utilice los menos agresivos, como los de bebé.


- Trate de usar la ropa más suave al tacto y ligera posi­ble. La ropa interior de preferencia de algodón y con elásticos cubiertos por la misma tela. Evite las telas ás­peras de nylon, lycra, acrylán o lana directamente so­bre la piel, sobre todo en la piel ya lesionada.


- Debido a que es un padecimiento que se caracteriza por producir prurito intenso, es muy importante te­ner las uñas siempre cortas y limpias, especialmente los niños pequeños.


Si ya notó que algún alimento natural o industria­lizado en particular le ha producido comezón o lesiones, o las ha incrementado, deberá de considerarse alérgico a él, y evitarlo siempre en el futuro.


Lubricación de la piel

La dermatitis atópica se caracteriza por una pobre producción de grasa en la piel, sobre todo en ciertas zo­nas, por lo cual se hace casi siempre necesario aplicar cremas o lubricantes con mucha frecuencia. Como los baños muy calientes o prolongados desgrasan más la piel, no son recomendables.


Después del baño y del sacado de la piel, se sugiere el uso de una crema suavizante, la que usted prefiera y que "le caiga bien". Recomendamos que no tenga lanolina, de preferencia las cola1 creams con menos productos quí­micos agregados, sobre todo sin perfumes.


Existen muchas opciones. Podrá usar cremas más gra­sosas en el invierno. La que elija, deberá usarse por lo menos una vez al día, después del baño. Sin embargo, ge­neralmente es necesario usarlas varias veces, dependien­do del grado de resequedad de su piel y de la crema que elija, a pesar de que no existan lesiones activas que hayan sido detectadas hasta ese momento en ese momento.

martes, 15 de julio de 2008

Tratamiento psicologico para las alergias

El doctor Roberto Sivak, director del departamento de enfermedades psicosomáticas del Hospital Alvarez, re­cuerda dos casos que atendió en su consultorio que bien pueden servir como ejemplo.


Sandra L. había recurrido en una ocasión a una mé­dica alergista para solucionar su problema que describía del siguiente modo: cuando su hijo salía de su casa, in­variablemente sentía picazón en las manos, la piel se le enrojecía y "se brotaba toda".


Sandra estaba separada, no había formado una nue­va pareja y sólo tenía un hijo adolescente. Cuando ha­blaba de su hijo, se refería a él como "la luz de mis ojos".


Como es un tratamiento psicologico para las alergias


Una vez que la especialista hubo descartado la presen­cia de alérgenos alimentarios, ambientales y climáticos, la derivó al consultorio del doctor Sivak, quien diagnos­ticó que existía en la paciente una hiperreactividad ante una separación no deseada. Esta reacción se manifestaba en el cuerpo de la mujer, dando lugar a la aparición de los síntomas antes mencionados. Expresado en términos psicoanalíticos, esto equivale a decir que el conflicto era derivado a una zona de contacto "cargada afectivamen­te", como es la piel, manifestando de este modo un cuadro de pseudoalergia.


El doctor Sivak relata también la experiencia de Juan R, quien padecía asma bronquial y cualquier situación de maltrato o decepción amorosa provocaba constric­ción de los bronquios e hipersecreción de mucosidad, lo cual le dificultaba la respiración. En este segundo caso no podía hablarse de pseudoalergia, sino de una alergia real que era, sin embargo, activada o reactivada por si­tuaciones condicionadas por el factor psicológico.